El SHO se caracteriza por la ampliación de los ovarios, sensación de presión/llenura pélvica y acumulación de líquido en el abdomen después del tratamiento con gonadotropinas. Si bien la mayoría de los casos son leves (10-20% de los ciclos de gonadotropinas), también pueden ocurrir casos graves (1% de los ciclos). En la forma leve, los pacientes sienten alguna molestia que se resuelve por sí sola sin complicaciones. En la forma grave, la marcada ampliación de los ovarios y la acumulación de líquido en el abdomen pueden provocar dificultad para respirar, dolor abdominal intolerable, disfunción renal, formación de coágulos sanguíneos, torsión ovárica (torsión del ovario) e incluso la muerte (aunque extremadamente rara). En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización para un monitoreo cercano y el drenaje de líquido del abdomen mediante un procedimiento llamado paracentesis, que puede ser necesario para mejorar los síntomas.
El SHO es autolimitado con terapia de apoyo y generalmente se resuelve en 1-2 semanas. Cuando se forma un embarazo en presencia de SHO, el síndrome es más grave y dura más tiempo en comparación con un ciclo que no resulta en un embarazo. Los pacientes en riesgo deben ser identificados temprano y monitoreados de cerca para evitar la forma grave.
Algunas de las modalidades de prevención y tratamiento incluyen retrasar la administración de la inyección de HCG hasta que los niveles de estradiol disminuyan a un cierto umbral (costeo), congelar todos los embriones y transferirlos en un ciclo posterior y la administración de albúmina y líquidos intravenosos. Las modalidades más recientes incluyen el uso de metformina en pacientes con SOP, el uso de Lupron para desencadenar la ovulación, la administración de antagonistas de GnRH, el uso de aspirina y un esteroide, así como un medicamento llamado cabergolina. Con el uso de tales intervenciones, el SHO se ha convertido en una complicación rara en la práctica de la FIV.
En LA IVF, el SHO grave es extremadamente raro debido al diseño específico de protocolos para cada caso individual, el uso de los medicamentos mencionados y el monitoreo cercano de la respuesta al tratamiento con gonadotropinas.