Antes de la implantación del embrión, algunos pacientes pueden optar por seleccionar el género de su hijo.
Se ofrece la prueba de embriones para detectar trastornos cromosómicos o genéticos específicos. El término diagnóstico genético preimplantacional (PGD) ha sido renombrado como cribado genético preimplantacional (PGS) porque los resultados de las pruebas no son 100% precisos o confiables. PGS se ha convertido en el nombre genérico e incluye una serie de pruebas diferentes, como PGS-FISH, PGS-PCR, SNP, metafase-CGH y array-CGH. Cada una de estas opciones tiene ventajas y desventajas, y el tipo de prueba PGS planificada debe determinarse tras una discusión detallada con el especialista en fertilidad.
Para probar los 46 cromosomas, un especialista en fertilidad puede emplear una tecnología más reciente llamada hibridación genómica comparativa (CGH).